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Aquellos que escuchábamos de nuestros mayores,
repetidos como latiguillos, procurando educarnos y trasmitirnos experiencia, o
simplemente buscando consolarnos o justificar determinado acontecimiento.
Hay
miles, algunos tomados de autores famosos y que luego, al repetirse de boca en boca,
han sufrido pequeñas modificaciones. Otros, son solo atribuibles al saber popular.
Agradecemos
desde ya tu colaboración para ampliar nuestra galería y te invitamos a visitarla. |
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A buen
entendedor, pocas palabras.
A caballo regalado no
se le mira el colmillo.
A Dios rogando y con el
mazo dando.
A la mujer y al papel,
hasta de canto has de ver.
A pan de quince días,
hambre de dos semanas.
Adelante con los
faroles que atrás vienen los cargadores.
Al que madruga, Dios lo
ayuda.
Al que nace barrigón
es inútil que lo fajen.
Al que San Juan se la
dé, San Pedro se la bendiga.
Amigo que falla siempre
y cuchillo que no corta, aunque se pierda no importa.
Cada loco con su tema y
cada lobo por su senda.
Cada vez que considero
que tengo un amor ingrato: me tiro sobre un colchón: ¡No se como no me mato!.
Casamiento y mortaja ,
del cielo baja.
Cuando la limosna es
grande, hasta el santo desconfía.
Cuanto más te agachas,
más se te ve el trasero.
Cuanto mas viejo, mas
pellejo.
Chico chico problema
chico, chico grande problema grande.
Dios aprieta pero no
ahorca.
Donde no hay mata, no
hay patata.
Donde no hay sangre no
hay morcilla.
El amor es ciego.
El corazón tiene
razones que la razón no entiende.
El dinero no da la
felicidad pero calma los nervios.
El que da pan a perro
ajeno, pierde el pan y pierde el perro.
El que mucho corre,
pronto para.
El que muchos juncos
abarca, pocos arrancan.
El que se come la
gallina después excreta las plumas.
El que se va sin que lo
echen, vuelve si que lo llamen.
En casa de herrero,
cuchillo de palo.
En el país de los
ciegos, el tuerto es Rey.
En esta casa no se
consiente que se hable mal de la gente.
En todos lados se
cuecen habas y en mi casa toneladas.
Guerra avisada no mata
soldado.
Hay ojos que se
enamoran de legañas.
Hazte fama y échate a
dormir.
Hombre casado, burro
domado.
La buena vida es cara.
Hay otra vida mas barata pero ya no es tan buena.
La letra con sangre
entra.
La mancha de la mora,
con otra verde se quita.
La soga se revienta por
lo más delgado.
La suegra y la muela,
cuando duelen echarlas fuera.
La suerte de la fea, la
bonita la desea.
La tercera es la
vencida.
Llamar no es entrar.
Mal de muchos, consuelo
de todos.
Mas pueden dos tetas
que dos carretas.
Mas vale llegar a
tiempo que rondar un año.
Mas vale pájaro en
mano que ciento volando.
Mas vale una vez
colorado que cien amarillo.
Mas vale vergüenza en
cara que dolor de corazón.
Mujer y perra parida,
no se me acerca ninguna.
No hay dos sin tres.
No hay mal que dure
cien años.
No hay mal que por bien
no venga.
No por mucho madrugar
se amanece mas temprano.
No se puede estar, al
mismo tiempo , en misa y en procesión.
Oveja que brama pierde
bocado.
Para lo que me queda en
el convento, me cago dentro.
Para muestra basta un
botón.
Perro ladrador, poco
mordedor.
Poco dura la alegría
en casa del pobre.
Quien bien te quiera te
hará llorar.
Quien con críos se
acuesta..., se levanta meado.
Si el trabajo es salud
¡viva la tuberculosis!.
Siempre que llovió,
paró.
Sin dinero en la
cartera, ni rubia ni morena.
Soldado que retrocede,
sirve para otra guerra.
Suegra, cuñada y
doctor, cuanto mas lejos mejor.
Tanto va el cántaro a
la fuente que al final se rompe.
Tropezar y no caer es
adelantar un paso.
Un maestro ciruela que
no sabia leer y puso escuela.
Un padre es para cien
hijos y cien hijos no son para un padre.
Zapatero a tus zapatos.
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